lunes, 23 de marzo de 2020

BITÁCORA DE UNA PANDEMIA EN LA MENTE DE UN ANCIOSODEPRESIVO

Mientras el mundo se aterra por el aislamiento social mi mente solo divaga entre el miedo, desesperación, rabia, impotencia consecuencia de muchos días atrás de aislamiento.
Día 1.
Poco a poco me empiezo a saturar de información, empiezo a ver cómo enemigo mortal lo que venía acompañándome durante mi confinamiento personal y así llegan las 22:00 horas, hora establecida por las autoridades y entonces Suenan sirenas que me estremecen, retumba un altavoz ordenando el encierro obligatorio de una sociedad que se resiste a creer que todo puede acabar en cuestión de días, leo el desespero en mini textos de redes sociales y siento las ansías contenidas en vídeos que se reproducen en automático, intento someter mis pensamientos pero hace ya varios días que perdí el control de estos así que mi cuerpo obliga a recibír los fármacos que me regresan el alivio por efímeros instantes, toda tranquilidad se esfuma cuándo reviso la red y me pierdo en tanto dolor, incertidumbre, desespero, rabia y la impotencia que se acumula en cada bit de información circulando...
Examino estadísticas del fuerte y negativo impacto viral mientras pienso y me convenzo del potencial que tiene la gente de mi cultura para reaccionar ante la devastadora crisis mundial, hago cuentas y calculo las probabilidades y posibilidades que mi familia y yo seamos parte de esa lista de números creciente a cada instante, comparo información anterior e intento grabar en mi mente que todo estará bien, que pasará pronto, que esto es necesario para que la sociedad recuerde su humanidad y así mismo olviden las barreras y borren las fronteras, pinten de blanco el color de cada partido político y el sonido sea al unisono un grito de poder y no del desgarrador dolor.
Mi mente no tiene dirección y piensa y en muchas cosas, cuál infante en parque de diversión, Pienso de repente en la política una de las que han Sido mis pasiones más instintivas y entonces recuerdo a un personaje de la historia oscura e Innombrable de mi patria querida llega a mí memoria aquella lectura de tragedia de Macbeth dónde brujas recitaron que "Ningún hombre nacido de mujer te herirá", bueno ni los mejores y más preparados esquemas de seguridad y autodefensas lo protegerán de una crisis viral que por el mundo a su paso acabando está, hoy usted de líder nacional y yo como un simple mortal en el mismo lugar estamos.
Y así tal cuál mi mente de la nada suelta esa imágen luego de una leve sonrisa empiezan lágrimas a brotar, porque pensamientos intrusivos vuelven a llegar, esos que no se pueden controlar ya no quiero ver más una imágen de como mis sueños morirán en el instante en que de ellos me deje llevar, pero seducen pues cuál promoción comercial la muerte dibujan como camino a la anhelada tranquilidad.
Ohh sagrada fé al Dios que profeso ayúdame a soportar el peso de tanto desespero, no transcurre el tiempo miro el reloj y apenas son las 00:00, Debo descansar pero mi cerebro muy activo está, luego de muchas lágrimas soltar por fin se logra apagar y esperar será el siguiente día de cuarentena que nos traerá.

Algún lugar de Colombia
Marzo/20/2020

martes, 10 de marzo de 2020

Carta a mi bebé

No puedo mentirte, no te ame cuando supe de ti...
Pasaron varios días y solo quise protegerte, podré decir que no era  amor, ni alegría desbordante, pero no quería que nada malo te pasará. Sentí un miedo indescriptible de un panorama que se tornaba oscuro, no podía pensar con claridad los médicos apuraban pues era una carrera contra el tiempo...! También pensaba en mí cuando tú estuvieras aquí, y no me parecía justo que tuvieras que conocer una mujer insegura, enferma e infeliz, rota hasta más no poder por un mundo cruel que no se iba a detener a ver si lo soportabas o no y menos tendría compasión de tí, tuve mucho miedo de no poder conocerte , me llenaba de angustia pensar que podrías traer una condición que exigiera cuidado especial y yo no poder estar, lloraba mucho porque no comprendía porque tenía tanto miedo y en vez de alegría la tristeza me invadía, mi vida jamás volverá a ser igual después de oír tus latidos tan rápidos y ver esa diminuta lucecita que titilaba en medio de tantas imágenes borrosas y que no era más que un corazón que latía fuerte y poderoso dentro de mí, fue ahí cuando supe que dar vida a otro ser es lo más mágico que puede suceder y que jamás en todos mis días volvería a ser la misma.
Pasaron y pasaron los días y la tristeza se apoderaba de mí y la culpa y el desconcierto por sentirme así no me dejaba en paz, no podía dormir, mis noches se volvieron interminables y perdieron sentido los días al levantarme, lloraba porque no entendía que pasaba y porque no sentía felicidad de tenerte de compañía por siempre.
Físicamente todo fue un caos, creo que nada te gustaba, no podíamos comer nada y pocos sabores soportabas, al punto que mi cuerpo ya no tenía como resistir y poco a poco fue cayendo en un estado del que todos tuvimos miedo y fue cuándo sentí el amor más grande que jamás podré sentir y entendí que por encima del egoísmo de verte algún día aún con ese panorama, estaría tu felicidad eterna, creo en Dios y en su fiel promesa que de los niños es el reino de los cielos, supe que tendre algún día que rendir cuentas por lo que pensaba, pero te amaba y no estaba dispuesta a traerte a sufrir lo que no pediste y lo que no buscaste, no era la mujer suficientemente valiente y fuerte para soportar todo para tí, no me merecías aquí... Entendí con el alma rota que te irías pero serías mi fiel compañía y que un día te verán mis ojos del alma y  entonces estaré a la espera...
Llegó el momento, el dolor más grande físico y mental que pude sentir, sentí como te desprendias, sentí que te ibas a una eternidad mejor, sin mi y sin tanta maldad, senti culpa por ser tan cobarde y no luchar hasta el final pero comprendí que no fue más que un acto del más puro e incomprensible amor. Tu eres y serás por siempre mi compañía, me ha costado muchas noches poder superar ese horrible momento, mi cabeza confusa y tanta sangre saliendo de mí, te perdí...
No dejo de pensarte, imaginarte y siento dolor y desesperanza, tal vez nunca se me pase, tal vez no se acabe... Pero con total certeza te amo y te agradezco por enseñarme a amar y no poseer, a poder despedirme del egoísmo y a entender que tengo que crecer y dar lo mejor de mi, preparar mi alma y a lo mejor me permitas y envíes un nuevo y pequeño ser al que le contarás cómo han Sido estás noches desde que no estás. Con la firme promesa que yo ya no seré igual!

Fuerza Poderosa

  Cuanto ha cambiado todo desde aquella carta, pude re leer esas palabras llenas de dolor, angustia e incertidumbre, mucho amor y cero resig...